El Problema con el éxito.
El concepto de éxitos y de la persecución del mismo nace con Napoleón, y con ello una serie de ideas culturales que si bien viven en la mayoría bien merecen la pena una reflexión.
1.-El éxito no tiene una definición general, sino más bien depende de la opinión de terceros.
2.-El éxito se concibe como el cumplimiento de una meta, sin embargo no hay metas generales, esas metas también dependen de la opinión de terceros.
3.-El éxito más honesto es personal, y no requiere reconocimiento externo.
Cómo podemos ver en las tres hipótesis sobre el éxito, encontramos que en realidad se basa en la percepción de las personas, ya seamos nosotr@s mism@s o terceros.
Dejemos de pensar en el éxito, y pensemos en lo que queremos lograr y cómo queremos crear nuestro impacto en nosotros y en otros.
Abandonemos el concepto absurdo y ridículo de éxito en sus connotaciones simplistas, como el dinero, ser famoso, tener la atención de otros; y logremos entender que tener alguna de esas características solo te hace tener una de esas características; no quiere decir que seas experto o que tengas un talento, mucho menos que genere admiración o valide algún tipo de conocimiento.
Preguntemos,
¿cuál es nuestro impacto?
¿cómo estamos haciendo del mundo un mejor lugar?
¿qué conocimientos o características de ti son significativamente especiales por el resultado que producen?